Los desfiles procesionales de la Semana Santa es una de las manifestaciones más peculiares de la religiosidad popular que caracterizan a nuestro país. Con todo, la presencia en las procesiones de una paso dedicado al encuentro de una mujer con Nuestro Señor Jesucristo junto al pozo de Jacob, es cuando menos sorprendente. El relato del Evangelista San Juan no nos permite establecer una proximidad cronológica entre este encuentro y los acontecimientos de la Pasión de Cristo.
Sin embargo, sí hay una proximidad profunda entre ambos acontecimientos; la conversión de la Samaritana y la Pasión de Cristo están relacionados como el efecto y la Causa. Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, abraza la Cruz para darnos el Agua Viva que limpia y perdona todos los pecados. El agua que buscaba la Samaritana estaba en el pozo de Jacob, la que Cristo le da, mana de la Cruz.
La Pasión y la mujer se cruzan en el “encuentro cara a cara”, es ahí donde la Redención de Cristo se hace eficaz; también ahora, hoy día, para ser salvados, hay que encontrarse cara a cara con Jesús. En los desfiles procesionales Él se hace el encontradizo con cada uno de nosotros, con los cofrades, con los costaleros, con los espectadores; cada año Él sale a la calle para encontrarse contigo, se te ofrece para que le descubras y que tú también le pidas de esa agua viva.
Desde hace 150 años Él viene cada año al brocal del pozo de Jacob y te espera a ti cofrade del “La Samaritana”, tiene sed de ti, no rehúyas el Encuentro.
2014 es mi primer año de consiliario de vuestra cofradía que ya es la mía; os felicito por vuestra larga historia, Jesús camina con cada uno de vosotros por las calles de Elche; os deseo una íntima conversación con el Señor del Agua Viva.